Judaísmo: Profetas
Para el judaísmo el profeta es un individuo elegido por Dios, a
menudo en contra de su voluntad, con el fin de revelar las intenciones y los
planes divinos a la humanidad. Como portador de la revelación, el profeta
siente la omnipresente presencia de Dios y recibe la fuerza suficiente para
comunicar a otros su Palabra, incluso aunque ello pueda acarrearle la
persecución, el sufrimiento y la muerte.
Origen y funciones de la profecía judía
De
acuerdo con el texto bíblico, el origen de la profecía se encuentra en la
revelación en el Monte Sinaí. El pueblo hebreo temía recibir la palabra divina
directamente por lo que le solicitó a Moisés que actuara como intermediario,
con lo que se convierte en el profeta por excelencia. (Deut. 5:24).
En sus inicios, la función del profeta y del sacerdote se confundía. Posteriormente los profetas se convirtieron en una especie de jefes nacionales llegando a ocupar importantes cargos oficiales. El prestigio que adquirieron y su cercanía al gobierno central los colocaba en una posición de poder. Originalmente el mensaje que transmitían era corto y se refería a un problema particular. Mas tarde aprovecharon su papel para comentar y criticar el comportamiento de la sociedad o de alguna figura de importancia pública, ya que como mensajeros de Dios gozaban de cierta inmunidad.
En sus inicios, la función del profeta y del sacerdote se confundía. Posteriormente los profetas se convirtieron en una especie de jefes nacionales llegando a ocupar importantes cargos oficiales. El prestigio que adquirieron y su cercanía al gobierno central los colocaba en una posición de poder. Originalmente el mensaje que transmitían era corto y se refería a un problema particular. Mas tarde aprovecharon su papel para comentar y criticar el comportamiento de la sociedad o de alguna figura de importancia pública, ya que como mensajeros de Dios gozaban de cierta inmunidad.
Categorías de profetas
Las
fuentes bíblicas mencionan dos categorías de profetas:
-Preclásicos o anteriores. Los textos bíblicos alusivos relatan la historia del pueblo judío desde la muerte de Moisés hasta la caída del reino de Judá y la destrucción de Jerusalem en 586 a.e.c. Son los libros de Josué, Samuel, Jueces y Reyes.
-Clásicos o literarios. Contienen episodios históricos en menos número y extensión pera abundan en alocuciones, pasajes poéticos, detalles biográficos y oraciones. Son los libros de Jeremías y Ezequiel (Profetas mayores) y los doce Profetas menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías Jonás, Miqueas, Naham, Habacuc, Sofonías, Haggeo, Zacarías y Malaquías.
La función del profeta no se restringió a los varones. De hecho en los textos bíblicos aparecen profetisas como Miriam (Exodo 15:20), Débora (Jueces 4:4) y Juldá (II Reyes 2:14).
-Preclásicos o anteriores. Los textos bíblicos alusivos relatan la historia del pueblo judío desde la muerte de Moisés hasta la caída del reino de Judá y la destrucción de Jerusalem en 586 a.e.c. Son los libros de Josué, Samuel, Jueces y Reyes.
-Clásicos o literarios. Contienen episodios históricos en menos número y extensión pera abundan en alocuciones, pasajes poéticos, detalles biográficos y oraciones. Son los libros de Jeremías y Ezequiel (Profetas mayores) y los doce Profetas menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías Jonás, Miqueas, Naham, Habacuc, Sofonías, Haggeo, Zacarías y Malaquías.
La función del profeta no se restringió a los varones. De hecho en los textos bíblicos aparecen profetisas como Miriam (Exodo 15:20), Débora (Jueces 4:4) y Juldá (II Reyes 2:14).
El papel del profeta en la sociedad judía
Como figuras políticas: Los profetas influyeron en gran
medida en el destino político del pueblo judío. Samuel -por ejemplo- a través
de sus profecías eligió a Saúl y a David para ser reyes. Era tal su importancia
que varios gobernantes tenían profetas de la corte. Tal fue el caso de Nathán y
Gad durante el reinado de David.
Como transmisores de predicciones: Se creía que los profetas eran capaces de vaticinar el futuro. Así Ahias -por ejemplo- predijo la caída de la casa de Jeroboam y la muerte de su hijo (I Reyes, 14:6) y Elisha habló de la hambruna que durante siete años los azotaría (II Reyes, 1:4). Algunas profecías se vaticinaban después del evento, pero las narrativas nos confirman cómo el pueblo creía en la habilidad del profeta para ver el futuro.
Como realizadores de actos simbólicos y de milagros: Los profetas no sólo predecían el futuro también realizaban actos simbólicos o milagros que dramatizaban y confirmaban sus palabras. Estas acciones no se consideraban expresiones de poderes sobrenaturales de la voluntad divina.
Como transmisores de predicciones: Se creía que los profetas eran capaces de vaticinar el futuro. Así Ahias -por ejemplo- predijo la caída de la casa de Jeroboam y la muerte de su hijo (I Reyes, 14:6) y Elisha habló de la hambruna que durante siete años los azotaría (II Reyes, 1:4). Algunas profecías se vaticinaban después del evento, pero las narrativas nos confirman cómo el pueblo creía en la habilidad del profeta para ver el futuro.
Como realizadores de actos simbólicos y de milagros: Los profetas no sólo predecían el futuro también realizaban actos simbólicos o milagros que dramatizaban y confirmaban sus palabras. Estas acciones no se consideraban expresiones de poderes sobrenaturales de la voluntad divina.
Su mensaje
Universalismo y elección. Los profetas creían que tras
los eventos de la historia se encontraba la mano de Dios. Otras naciones de la
antigüedad también compartían la noción del determinismo divino en la historia
pero ninguna interpretó este hecho como parte de un plan unificado y con
secuencia.
Supremacía de la moralidad y actitud hacia el ritual. El monoteísmo ético se erigió en base al mensaje profético con énfasis en lo moral más que en lo ritual. De hecho en la tradición judía el ritual se concibe como un regalo de Dios, un acto de gracia para el hombre. No obstante no debe convertirse en un substituto del comportamiento moral. La religión no debe ser equiparada con el culto ni debe restringirse a un horario determinado.
Moralidad y destino. La moralidad es considerada como el factor decisivo para determinar el destino nacional de Israel. Y constantemente, los profetas demandaban devoción y fidelidad al pacto acordado entre Dios y el pueblo de Israel.
Amor universal a Dios. A través de los profetas Dios adquirió una relación.
Supremacía de la moralidad y actitud hacia el ritual. El monoteísmo ético se erigió en base al mensaje profético con énfasis en lo moral más que en lo ritual. De hecho en la tradición judía el ritual se concibe como un regalo de Dios, un acto de gracia para el hombre. No obstante no debe convertirse en un substituto del comportamiento moral. La religión no debe ser equiparada con el culto ni debe restringirse a un horario determinado.
Moralidad y destino. La moralidad es considerada como el factor decisivo para determinar el destino nacional de Israel. Y constantemente, los profetas demandaban devoción y fidelidad al pacto acordado entre Dios y el pueblo de Israel.
Amor universal a Dios. A través de los profetas Dios adquirió una relación.
Islam: Profetas
Para el islam, Dios transmite Su mensaje y evidencia
Su voluntad a través de los profetas. Ellos establecen una relación entre los
seres en la tierra y los cielos, en el sentido que Dios los ha elegido para
transmitir Su mensaje a los seres humanos. No hay otros canales por donde recibir
comunicaciones divinas. Es el sistema de comunicación entre el creador y la
creación. Dios no envía ángeles a cada individuo, ni tampoco abre los cielos
para que la gente suba a recibir el mensaje. Su vía de comunicación es a
través de los profetas que reciben el mensaje.
Tener fe en los Profetas (o Mensajeros) es creer firmemente en que Dios ha elegido hombres rectos y morales para que transmitan Su mensaje a la humanidad. Bendecidos fueron aquellos que los siguieron, y miserables los que se negaron a creer. Ellos trasmitieron el mensaje, sin esconderlo, ni alterarlo o corromperlo. Rechazar a un profeta es rechazar a quien lo ha enviado, y desobedecer a un profeta es desobedecer a Quien ordenó que lo obedecieran. Dios envió al menos un profeta a cada nación de entre ellos mismos, para exhortarlos a adorar solamente a Dios y abandonar las falsas deidades.Los musulmanes creen en aquellos profetas que se mencionan por su nombre en las fuentes islámicas, como Adán, Noé, Abraham, Isaac, Ismael, David, Salomón, Moisés, Jesús y Muhámmad, que la paz de Dios sea con todos ellos.
En el Korán se citan unos 30 profetas, casi todos ellos presentes en el Antiguo Testamento de los hebreos. Su misión consistía en transmitir a los seres humanos las enseñanzas del Dios único, incitarles a que observen sus mandamientos y se aparten de la idolatría. Entre estos profetas destacan cinco: Abraham (Korán 2:118-131), Moisés (Korán 6:84; 14:58), David (Korán 38:21-25), Jesús (Korán 6:85; 3:44-51) y Mahoma (Korán 48:27-29). Los textos señalados no son los únicos en el Korán que se refieren a los mencionados profetas. Hay otros, especialmente dedicados a Abraham y a Mahoma. Como último de los cinco, el Islam considera a Mahoma el más importante, superior a los demás.
Adam o Adán es el primer Profeta en el Islam. También es el primer ser humano según la creencia islámica tradicional. Adán es mencionado 25 veces en 25 versículos del Corán. Dios creó a Adán con Sus manos y creó a su esposa, Hawa o Eva, de una costilla de Adán. Él vivió en el Paraíso y fue expulsado de allí a la Tierra por su desobediencia. La historia de sus dos hijos se menciona en el Capítulo 5 (Al Maida).
Tener fe en los Profetas (o Mensajeros) es creer firmemente en que Dios ha elegido hombres rectos y morales para que transmitan Su mensaje a la humanidad. Bendecidos fueron aquellos que los siguieron, y miserables los que se negaron a creer. Ellos trasmitieron el mensaje, sin esconderlo, ni alterarlo o corromperlo. Rechazar a un profeta es rechazar a quien lo ha enviado, y desobedecer a un profeta es desobedecer a Quien ordenó que lo obedecieran. Dios envió al menos un profeta a cada nación de entre ellos mismos, para exhortarlos a adorar solamente a Dios y abandonar las falsas deidades.Los musulmanes creen en aquellos profetas que se mencionan por su nombre en las fuentes islámicas, como Adán, Noé, Abraham, Isaac, Ismael, David, Salomón, Moisés, Jesús y Muhámmad, que la paz de Dios sea con todos ellos.
En el Korán se citan unos 30 profetas, casi todos ellos presentes en el Antiguo Testamento de los hebreos. Su misión consistía en transmitir a los seres humanos las enseñanzas del Dios único, incitarles a que observen sus mandamientos y se aparten de la idolatría. Entre estos profetas destacan cinco: Abraham (Korán 2:118-131), Moisés (Korán 6:84; 14:58), David (Korán 38:21-25), Jesús (Korán 6:85; 3:44-51) y Mahoma (Korán 48:27-29). Los textos señalados no son los únicos en el Korán que se refieren a los mencionados profetas. Hay otros, especialmente dedicados a Abraham y a Mahoma. Como último de los cinco, el Islam considera a Mahoma el más importante, superior a los demás.
Adam o Adán es el primer Profeta en el Islam. También es el primer ser humano según la creencia islámica tradicional. Adán es mencionado 25 veces en 25 versículos del Corán. Dios creó a Adán con Sus manos y creó a su esposa, Hawa o Eva, de una costilla de Adán. Él vivió en el Paraíso y fue expulsado de allí a la Tierra por su desobediencia. La historia de sus dos hijos se menciona en el Capítulo 5 (Al Maida).
Cristianismo: Profetas
Para el cristianismo, el término se refiere a tanto a los profetas anteriores a Jesús como a quienes, posteriormente, cumplieron una función profética en la iglesia cristiana. A través de la Vulgata la palabra profeta pasó al latín como prophēta y de allí a las lenguas románicas y germánicas.
Dentro del cristianismo, Juan el Bautista es considerado el último profeta precediendo a Jesús de Nazaret, quien, además de sus otros títulos (Mesías, Salvador, Rey de reyes, Hijo de Dios, etc.), es a su vez considerado el mayor Profeta.
Profetas mayores
ISAÍAS
Profeta hebreo del s. VIII a.C. Ejerció su ministerio en los reinados de Ajaz y Ezequías. Sus discursos y profecías se contienen en el libro de su nombre. Es el más genial de los escritores bíblicos y el mayor profeta mesiánico.
JEREMÍAS (c. 650-c. 585 a.C.)
Profeta hebreo, uno de los grandes líricos de la literatura universal, hijo del sacerdote Helcías. Anunció y lloró después en términos patéticos la ruina de Jerusalén. Murió en Egipto, adonde bajó con los últimos restos de su pueblo.
EZEQUIEL
Profeta hebreo que, tras la destrucción de Jerusalén (589 a.C.), ejerció su ministerio profético durante 22 años, con visiones apocalípticas como las de su libro, entre los cautivos de Babilonia y acaso en Palestina.
DANIEL
Figura central del libro homónimo del Antiguo Testamento. En él se narran algunos episodios –el del foso de los leones, el de la casta Susana, etc.– de este profeta hebreo, llevado a Babilonia después de la destrucción de Jerusalén (s. VI a.C.).
Profeta hebreo del s. VIII a.C. Ejerció su ministerio en los reinados de Ajaz y Ezequías. Sus discursos y profecías se contienen en el libro de su nombre. Es el más genial de los escritores bíblicos y el mayor profeta mesiánico.
JEREMÍAS (c. 650-c. 585 a.C.)
Profeta hebreo, uno de los grandes líricos de la literatura universal, hijo del sacerdote Helcías. Anunció y lloró después en términos patéticos la ruina de Jerusalén. Murió en Egipto, adonde bajó con los últimos restos de su pueblo.
EZEQUIEL
Profeta hebreo que, tras la destrucción de Jerusalén (589 a.C.), ejerció su ministerio profético durante 22 años, con visiones apocalípticas como las de su libro, entre los cautivos de Babilonia y acaso en Palestina.
DANIEL
Figura central del libro homónimo del Antiguo Testamento. En él se narran algunos episodios –el del foso de los leones, el de la casta Susana, etc.– de este profeta hebreo, llevado a Babilonia después de la destrucción de Jerusalén (s. VI a.C.).